En la danza del instante, los besos se convierten en un susurro. Un fragmento de afecto que se comparte en el silencio. Una conexión que sobrepasa las lenguas. Un toque puede ser un oasis en medio del caótico mundo. La satisfacción momentánea En la vorágine de nuestra existencia diaria, anhelamos una dosis constante de placer. Sin embargo,